Era tal la luz que se reflejaba en la piedra que daba una sensación amplitud excesiva y calidez ambarina aunada al juego de sombras entre los arcos labrados a mano, todos ellos con motivos de la naturaleza como mazorcas de maíz, palmas, frutas y la vid... no podría faltar la vid.El conjunto me dejaba sin aliento. Es el Monasterio de los Gerónimos que se yergue orgulloso como protagonista de la Ciudad de Belem.
Belem,Portugal
Diciembre, 2003
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